Un día estaba esta chica en su casa llorando, cuando llegó una amiga y le preguntó:
-Uy nena. y ahora que pasa? A lo que ella le respondió.
-(drástica)¡Que va a pasar! ¡Lo de siempre! se me cortó la crema chantilly. Yo estube batiendo por horas, ¡Horas! y no sabes, se me cortó, ¡se me cortó! y aparte no sabes, yo fui y compré la crema, y despues batí, batí como siempre, como siempre batí, y se cortó, ¡se cortó como siempre! y ahora...Voy a batir de nuevo. (Contenta)¡Eso! ¡Batir de nuevo! Como no se me ocurrió antes. ¡Antes!...Pero (triste) ¿Para qué? Si se me va a cortar, como siempre. Como siempre se me va a cortar. Ufa.
Cuando su amiga tubo un segundo para hablar, le dijo con una rotundez dolorosa:
-monotemática.
Y ahi se quedó la pobre chica.
Nada importaba ya las cremas chantillys cortadas, el monólogo sobre estas, ni el ¿porqué? del batimento infinito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bueno, se puede danzar mientras se hace el batimento.
ResponderEliminar