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miércoles, 16 de febrero de 2011

Sean bieninvitados a mi fiesta de cumpleaños!

miércoles, 2 de febrero de 2011

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Me enamoré de un muchacho de Luz y de Miel, allá, como hace tres años y monedas. Me enamoré de su libertad, y de su amor. Les quería contar, las siestas a la noche que suelo tomarme con él, los recreos de la vida, donde para mi paran lo motores, todos. Contarles de lo mucho que me gusta y me cuesta extrañarnos cuando eramos dos niños, cuando él tembló. Eso fue. Me gusta mirarlo cuando no se da cuenta, cuando se asoma por la puerta del lavadero, y me gusta mirarlo mirarme, aunque me da vergüenza. Me fascina cuando algo lo emociona lo entusiasma, su cara de nene feliz. Nene. Que bueno que hoy mi felicidad tenga su nombre de Sol.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

sábado, 27 de noviembre de 2010

Historia




Ayer discutí con mis papás. No coincidimos en la palabra "Futuro", y al mismo tiempo pretendemos cosas distintas. Era mucha mi histeria, así que agarré la bici, la cámara (por suerte, porque pensé en no llevarla), y me fui para lados a los que no suelo ir.


Pedaleé sin parar, hasta llegar a un bosquecito, donde había cuatro caballos. Me bajé de la bici, ya más tranquila, y saqué la cámara. Mientras estaba ahí, apareció un hombre, y me asustó con un -¿Te gustan los caballos?. Yo le constesté con un si, un poco nerviosa, estaba alejada de todo, temía por mi cámara, y por mi, y amagué a subir a la bici para salir. Pero el hombre me invito a acercarme a ellos. El era su dueño.


El hombre tenia una cara de buen tipo terrible. No me había percatado de eso, tal vez un poco por el miedo. Así que dejé la bici, y lo seguí.


Me dijo el nombres de los cuatro. Dos hembras, una con su potrillito, y un macho. Los quería, los acariciaba. Muñeca era la más linda. Yo también la acaricié.


A veces vienen unos chicos con la gomera - me dijo- y se vuelven locos, pero sino son muy mansitos. Y era verdad.


Le dije que me iba, el hombre me sonrió. -Te voy a encargar algunas de esas -me dijo.


Volví más contenta.


A veces hay que salir a buscar las historias.




lunes, 30 de agosto de 2010

La chica a la que siempre se le cortaba la crema Chantilly.

Un día estaba esta chica en su casa llorando, cuando llegó una amiga y le preguntó:
-Uy nena. y ahora que pasa? A lo que ella le respondió.
-(drástica)¡Que va a pasar! ¡Lo de siempre! se me cortó la crema chantilly. Yo estube batiendo por horas, ¡Horas! y no sabes, se me cortó, ¡se me cortó! y aparte no sabes, yo fui y compré la crema, y despues batí, batí como siempre, como siempre batí, y se cortó, ¡se cortó como siempre! y ahora...Voy a batir de nuevo. (Contenta)¡Eso! ¡Batir de nuevo! Como no se me ocurrió antes. ¡Antes!...Pero (triste) ¿Para qué? Si se me va a cortar, como siempre. Como siempre se me va a cortar. Ufa.
Cuando su amiga tubo un segundo para hablar, le dijo con una rotundez dolorosa:
-monotemática.

Y ahi se quedó la pobre chica.
Nada importaba ya las cremas chantillys cortadas, el monólogo sobre estas, ni el ¿porqué? del batimento infinito.

La perra que habia sido criada con Fito Paez

Claro. La perra se crió escuchando Fito Páez, y eso lo noté ni bien llegamos. Muza se acercó, y pidió cariño. Yo, afectuosa, se lo dí desinteresadamente, pero al darme vuelta, vi como se transformaba en dos ojos grandes y penosos que reclamaban más amor. Me senté, y ella se subió a mis rodillas. Acaricié su pelaje corto mientras ella disfrutaba de los mimos subiendo cada vez más.
Alguien me contó de su problema.
Ahí terminé de entender.
Muza proponía relaciones dependientes, cerradas, asfixiantes.
Demandaba cariño todo el tiempo, y no permitía el rechazo, la indiferencia, ni siquiera entendía el cansancio.
Muza pretendía relaciones enfermas.