Tengo un diario. Un diario que escribo desde el día en que termine de leer "La tregua", un maravilloso libro de Benedetti. A veces, leo todo lo que escribí, desde un principio. Hay cosas que me acuerdo, otras que no. Hay cosas que valen la pena, y otras que no, como todo.
Pero hay cosas, que cuando las leo, renacen. Me duelen como me dolian cuando las escribí. Me alegran, como cuando las escribí. Así resurgen. Me gusta pensar que algun día, voy a ser grande, y voy a leer todo esto, y van a renacer, y con ellas, las emociones, yo.
Atras de todo, en la contratapa, mi diario dice: Esto no es un diario.
Eso es por si a alguien se le ocurre leerme.